sábado, 25 de octubre de 2014

Cabildo apertura de curso





Estimados hermanos:

Os recordamos los dos actos más próximos que vamos a celebrar en nuestra Hermandad.

El primero de ellos, es la CONVIVENCIA  a celebrar este sábado día 25. Dará comienzo a las 12,00 horas y habrá una Mesa Redonda con los técnicos que llevaron a cabo la dirección de la construcción de nuestra  Casa, que el pasado día 22 se cumplió el décimo aniversario de su bendición.  Esperamos vuestra asistencia.

El segundo es el CABILDO APERTURA DE CURSO, que celebraremos el próximo lunes 27. 

La semana pasada dábamos cuenta de la preparación de una peregrinación al Santuario de Ntra. Sra. de las Montañas en Villamartín. Tal como adelantábamos se realizará el domingo 16 de Noviembre saliendo en autobús a las 9,00 horas. El precio es de 8,00 euros por persona.
Los interesados pueden ponerse en contacto con cualquier miembro de la Junta de Gobierno o bien en la Secretaría de la Hermandad para su inscripción.

Ya está a la venta la Lotería de Navidad.


LA JUNTA DE GOBIERNO


Adjuntamos el Evangelio


Evangelio

Evangelio según San Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús habla hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: -«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»

Él le dijo: -«"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. "

Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

Comentario

Hoy siguiendo el texto del Evangelio también podemos ser protagonistas ante Jesús y queremos preguntarle: - “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?”.

Esta pregunta la hacemos puesto que somos conscientes de que Jesús, que es “el Camino”, y nos traza una ruta para seguirle, y porque queremos seguirla.

En efecto, seguir a Jesús no es una simple moral –no podemos ser “moralistas”- lo que si queremos es ser santos, porque ese es el deseo del Señor. Pero ser santos comporta una forma de vivir de acuerdo con el querer divino, es decir con una voluntad de Dios que se nos expresa y manifiesta en nuestro interior, siempre transmitida por la iglesia, que se ha convertido en una especie de “falsilla” que mantiene en rumbo de la escritura que se va llevando a cabo con nuestra correspondencia a su voluntad. Esa “falsilla” se delinea a través de un mandamiento principal: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser."

Estamos en el núcleo del ser cristiano, del ser hijo de Dios nacido en el bautismo. En aquel momento Dios Padre nos incorporó al amor existente entre el Padre y el Hijo, que es el Espíritu Santo derramado en nuestro corazón, que nos transforma por el amor divino, pues es Cristo quien vive en el bautizado. Y eso lo vivimos mientras libremente nos mantengamos en él por ese amor que lo abarca e informa todo: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser", nada queda excluido de ese amor: corazón, alma, todo el ser es abarcado por el amor de Dios, todo se pone a su servicio.

En efecto hemos sido creados para amar y ese amor ha sido puesto en nosotros por el mismo Dios. El cristiano ama de verdad cuando deja que sus sentimientos sean los del Señor y así los transmite a los demás. Ya no es simple filantropía el amor de cristiano, es dejar que en su comportamiento se manifiesta el amor del Espíritu Santo derramado en el corazón. Toda esta realidad es una invitación a sabernos siempre amados por Dios, estemos como estemos, y a corresponder a su amor. La fidelidad de Dios jamás falla, tampoco nosotros debemos fallarle: ¡fieles, vale la pena!

Aunque nos sea costoso, vale la pena luchar para ser fieles a los designios, al querer del Señor, que nos quiere más que puede querer la mejor de las madres. Este es el amor que llena cada día de nuestra vida, un amor que no se rompe jamás, es un amor que reclama correspondencia por nuestra parte. Eso es amarnos a nosotros mismos, amarnos en correspondencia al amor de Dios.

Así entendemos mejor el: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Cómo debo quererme? Como el Señor me quiere; ¿cómo debo querer al prójimo? Como Dios los quiere, con los sentimientos de Cristo Jesús: querer que se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

La Virgen, nuestra Madre, nos enseñara a amar como Dios espera que le amemos.


Comentarios: Rvdo. Sr. D. Manuel Gordillo Cañas, Pbro. Párroco de la de San Roque de Sevilla


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