sábado, 20 de septiembre de 2014

Nuestra Señora de la Merced. Domingo 25 T.O.



Estimado hermano:


Ya estamos inmersos en la novena que se celebra a nuestra Patrona, Nuestra Señora de la Merced, las hermandades de la Madrugada tendremos a nuestro cargo el Rezo del Rosario, la Novena y las lecturas de la Eucaristía del próximo domingo 21 a las 20h. Asimismo la hermandad asistirá corporativamente a la salida procesional de Nuestra Señora del miércoles 24 de septiembre a las 18:30h

También queremos recordarte que la hermandad participará este domingo 21 corporativamente en el Rosario de la Aurora de la Hermandad de las Angustias y que comenzará a las 8:15h de la mañana.

Adjuntamos, como cada semana, el Evangelio que escucharemos este próximo domingo.

Un abrazo en el común amor a Jesús Sacramentado.

 
LA JUNTA DE GOBIERNO


 
Evangelio

Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

- «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido."

Ellos fueron.

Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:

"¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?"

Le respondieron: "Nadie nos ha contratado."

Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:

"Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros."

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:

"Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno."

Él replicó a uno de ellos:

"Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?"

Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

 
Comentario

Marco: Pertenece al quinto bloque narrativo del relato mateano. Es una parábola*. En este caso no seguiremos el esquema habitual del comentario al texto evangélico. Entiendo que sería muy pedagógica esta otra presentación que ilumina muy adecuadamente la parábola. Jesús, sin duda alguna, tuvo unos oyentes a quienes dirigía las parábolas. Y cuando muere y resucita y envía a los apóstoles a predicar, las parábolas se convierten en material de enseñanza para la comunidad. Esta parábola tiene dos moralejas*, y la segunda es más importante que la primera en el plano de la parábola.

Reflexiones:

Habría que seguir este itinerario en forma de retroceso en la interpretación de la parábola:

1º) Esta parábola se utilizaba hace un tiempo para iniciar el tiempo de penitencia. Y se presentaba junto con 1Cor donde Pablo utiliza el símil de los que corren en el estadio. ¿Qué quería enseñar la Iglesia en el pórtico del tiempo de penitencia? Que hay que estar dispuestos a privarse de lo que sea para conseguir la meta del Evangelio y su premio. Si retrocedemos hasta la interpretación patrística, encontramos dos entre otras muy características: la una, entiende las distintas llamadas de los obreros a la viña como las distintas etapas por las que ha pasado la historia de la salvación desde Adán hasta la escatología* final (S. Ireneo); la otra, las entiende como significativas de las distintas edades del hombre en que puede ser llamado por Dios a la fe y al evangelio (Orígenes). Ambas interpretaciones son alegóricas (la parábola* se distingue de la alegoría*).

 

2º) Si retrocedemos hasta finales del s. I, hemos de observar cómo se ha transmitido en el texto evangélico este relato parabólico de Jesús. En algunos códices terminaba con una frase general: Muchos son llamados y pocos los escogidos. Se trata de una conclusión generalizadora para poder aplicarla a los miembros de la comunidad. Pero esta frase no encuentra su lugar propio aquí, sino en Mt 22 (parábola de los invitados a las bodas), porque todos reciben un denario. Y aquí sí que alguno queda excluido y, por tanto, encuentra su lugar apropiado. Un copista introdujo esta frase al final de la parábola de los obreros enviados a la viña para hacerla más extensiva en la comunidad.

 

3º) El texto del propio Mateo terminaría con esta final: Los últimos serán los primeros y los primeros los últimos. En este caso la parábola habría sido proclamada por Jesús para significar el cambio de orden en la retribución por el trabajo. En este caso sobraría media parábola (vv. 9-16), puesto que todos han recibido ya su salario según el v.8. Este versículo encontraría mejor su lugar en el c. 19,30. Además el v. 8 no habla expresamente o únicamente de un cambio de orden, porque se puede traducir adecuadamente de otra manera: Llama a los jornaleros y págales el jornal, incluidos los últimos. Esta traducción es posible y podría apoyarse en el texto de Jn 8,1-11. Lo que llama la atención a los que trabajaron desde primera hora y, en consecuencia, provocó su ira y rechazo no es el cambio de orden sino que se dé a los últimos la misma cantidad que a ellos que han soportado el peso del día y del calor. ¡Eso no les parecía una distribución justa y equitativa entre el servicio prestado y el premio recibido! ¡Y se rebelan contra el patrono!

 

4º) Llegamos al propio Jesús. Si la parábola carecía de las finales generalizadoras, terminaba en el v. 15: ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? ¿Intentaría Jesús con esta parábola manifestar principalmente la bondad, misericordia y generosidad de Dios para con los necesitados, los pobres y los pecadores?... En este caso sobraría la segunda mitad de la parábola, porque en el v. 8 se nos dice que todos recibieron lo mismo no por un capricho del patrono ni por un gesto incontrolado de generosidad y liberalidad. Todos reciben un denario, es decir, lo que toda familia normal en tiempos de Jesús necesitaba para adquirir lo necesario para vivir. Estaba en juego la propia vida. ¡Dios es así! No quiere que nadie se pierda, que a nadie falte lo necesario. Pero en este caso, insisto, sobra la segunda parte de la parábola. Y, precisamente, en las parábolas con doble moraleja*, la segunda es más importante que la primera en el plano de la parábola.

 

5º) ¿De qué habla la segunda parte: vv.9-15)? ¿Cómo termina? Con un agudo y denunciador interrogante. En la segunda parte surge un problema que aparece en otras partes del evangelio: los murmuradores. ¿De qué murmuran aquellos jornaleros llegados a primera hora? De que los últimos sean equiparados a ellos y reciban el mismo premio o, mejor, de que los últimos hayan recibido tanto premio por tan poco tiempo de trabajo. Para esto no valía la pena el esfuerzo realizado, piensan. ¡El patrono no es justo con nosotros, juzga con evidente parcialidad! Ahora entendemos mejor para qué pronunció Jesús esta parábola: para salir al paso de quienes en la vida real se parecen mucho a esos jornaleros descontentos que se atreven a murmurar del patrono porque se ha excedido en generosidad con los últimos. Estos se parecen a los fariseos, por ejemplo, que siguen siempre a Jesús y protestan agriamente de la bondad de Jesús con los pecadores. ¡El Padre es así! ¿Os atrevéis a murmurar contra él?... La parábola es una defensa del Evangelio del perdón y de la misericordia contra los fariseos que la rechazan rechazando a Jesús, su mensajero. Una parábola que encaja perfectamente en la vida real de Jesús y que es una advertencia severa para todos los tiempos.

 

En el campo exhortativo y parenético podemos decir que esta parábola, al conservar las dos partes, nos permite dirigir la atención en dos direcciones: a la parábola como salió o debió salir de labios de Jesús que es una llamada severa de atención contra los que hoy se atreven a levantar la voz contra la misericordia, la paciencia, la ternura y la indulgencia de Dios. Contra los que querrían que Dios actuara con mano más dura en un mundo de desmanes en todos los órdenes. Este Dios no es bueno, ni justo, ni fiable. Por otra parte, esta parábola con las adiciones y explicaciones nos inclina a contemplar dentro de la misma Iglesia a quienes murmuran del proceder cotidiano de la providencia. A quienes murmuran de todo lo que no les encaja en su marco de comprensión de las cosas y de los acontecimientos.

 
Comentarios: Fray Gerardo Sánchez Mielgo. Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia).

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