viernes, 12 de septiembre de 2014

Juramento de la nueva junta de gobierno



Queridos hermanos en Cristo:

Tras el pasado cabildo de elecciones, la nueva junta de gobierno tomó posesión efectiva de sus cargos celebrando el pertinente cabildo de oficiales de toma de posesión el pasado 28 de julio, tal y como indican las normas diocesanas. En dicho cabildo de oficiales se dejó patente nuestro agradecimiento, en nombre de toda la hermandad, a quienes ha compuesto la última junta de gobierno. Su esfuerzo y su trabajo serán recompensados, seguro, por aquellos a los que tanto queremos: el Santo Crucifijo de la Salud y María Santísima de la Encarnación.

No obstante, y tal como marca la normativa, el próximo sábado día 13 del presente mes de septiembre, durante el transcurso de la eucaristía parroquial de 20:00 presidida por nuestro director espiritual perpetuo y párroco de la de San Miguel, Ilmo. Mon. D. Angel Romero Castellano, tendrá lugar el acto litúrgico en el que la junta de gobierno juremos los respectivos cargos ante nuestros titulares.

Con este acto empezamos, pues, una nueva etapa, y la iniciamos con la alegría del enorme apoyo recibido de todos vosotros en las pasadas elecciones. Consecuentemente, en primer lugar y en nombre de todos quienes componemos este grupo de hermanos que está dispuesto a trabajar por nuestra hermandad y nuestra Iglesia en estos complicados momentos que nos toca vivir: gracias por la confianza que habéis depositado en nosotros.

Tened la seguridad de que lucharemos con ilusión por esta hermandad a la que tanto queremos y, sobre todo, por intentar acrecentar nuestro amor en Jesús Sacramentado, y en el Santo Crucifijo y en su bendita Madre quienes, en definitiva, constituyen el auténtico centro de nuestra vida de fe.

Y este grupo de personas, siempre presidido por nuestro director espiritual, nuestro querido D. Ángel, asumirá las siguientes responsabilidades:

Hermano Mayor: D. Martín José. Cortés Aranda
Teniente Hermano Mayor: D. Francisco Toro de la Barrera
Mayordomo: D. Juan Miguel Tinajero Mariscal
Secretario: D. Rafael Jorge Racero
Tesorero: D. Francisco Huerta Domínguez
Consiliarios: D. José María González Álvarez
D. Manuel Argumedo Fernández
D. Miguel Merino Aranda
D. Salvador Argudo Martínez
D. Francisco José Rodríguez Guilloto
D. Francisco Andrades Gil
D. Diego Álvarez Morato
D. Raúl Cortés Fernández

Este equipo de hermanos desea que aumente con la participación de todos aquellos que, como tú, esperamos que tenga un poco de ilusión y ganas por sacar adelante a nuestra hermandad.

Sabemos que vamos a contar con muchos de vosotros. Mientras tanto, nos atrevemos a recordarte la ilusión con la que esperamos poderte saludar el próximo día 13 a las 20:00 en San Miguel en la eucaristía durante la que celebraremos el acto de toma de posesión de una junta que se pone a tu disposición para que cuanto necesites y desees.

Asimismo queremos informarte que la hermandad participará el próximo domingo 21 de septiembre corporativamente en el Rosario de la Aurora de la Hermandad de las Angustias y que comenzará a las 8:15h de la mañana.


Adjuntamos, como cada semana, el Evangelio que escucharemos este próximo domingo.



Un abrazo en el común amor a Jesús Sacramentado.



LA JUNTA DE GOBIERNO





Evangelio

Evangelio según San Juan 3, 13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

-«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»



Comentario

El diálogo con Nicodemo es una de las estampas más significativas del evangelio de Juan. Nicodemo, desde "su noche", viene -según el evangelista- a encontrarse con Jesús ¿por qué? Habría que pensar en el trasfondo de la comunidad joánica, así como en el acercamiento de algunos judíos a los cristianos, para poder entender esta escena. Hubo enfrentamientos muy fuertes entre judíos y cristianos, y esto se refleja en este evangelio. Pero también hubo judíos que con toda su carga religiosa y su tradición querían buscar la verdad, la luz, el agua viva, el nuevo maná. Los israelitas en el desierto protestaban contra el maná y vinieron serpientes. Estos conceptos teológicos son muy propios del evangelio de Juan.

En concreto, los vv. 13-17 corresponden a una reflexión teológica, sobre palabras de Jesús, que tienen una carga soteriológica de envergadura. Aquí se ha querido ir más allá de lo que el mismo Jesús pudo decir en su vida histórica. Porque no podemos olvidar que este evangelio se construye con una ideología soteriológica que se pone de manifiesto desde la misma presencia de Jesús en la "encarnación". Jesús es el "revelador" de la salvación y quien se encuentra con él y cree en él, se encuentra con la vida. El texto, además, intenta superar la escena religioso-culturalista de la primera lectura (Núm 21,8). Ahora los hombres no tienen que mirar a una serpiente en su "abrasador" (saraf: cf Is 30,6), sino al trono de la cruz, donde ha sido elevado el Hijo del hombre. Ahora la salvación no queda en mirar a un animal venenoso, por mucho simbolismo que tuviera en la antigüedad y en la Biblia.

En la cruz está el "hijo del Hombre". El "abrasador" es una cruz que los hombres han levantado para quien revelaba a Dios de una forma nueva e inaudita. Y esto lo explica la teología joánica como "amor" de Padre al mundo. Es, probablemente, la afirmación soteriológica más decisiva de estas palabras del evangelio. El Hijo de Dios ha venido entregado por el Padre "para salvar" al mundo. El mundo en San Juan son los hombres que no aceptan el proyecto salvífico de Dios. Bien, pues ese Dios no odia al mundo, sino que lo ama y así lo muestra en el misterio de la entrega del Hijo. Podríamos atrevemos a decir que el texto evangélico de hoy es una "versión" joánica del himno de la carta a los Filipenses, ni más, ni menos. Con un trasfondo distinto, pero que viene a misma verdad.

Se ha dicho que este es también un texto de profundo calado escatológico, muy propio de la teología joánica. ¡Es verdad! El juicio de nuestra salvación futura no es una decisión jurídica y enrevesada de última hora ante un ficticio tribunal divino. Esa es una imagen apocalíptica poco feliz. Es en el presente donde se está decidiendo nuestro porvenir salvífico. Ello es posible al aceptar por la fe al que ha sido "elevado a lo alto", en la cruz, donde se inicia su gloria. En la teología del cuarto evangelio la elevación en la cruz es la glorificación; por eso se permite proclamar: "y yo cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, Decía esto para significar de qué muerte iba a morir." (Jn 12,32-33). Toda una garantía que teológicamente es irrenunciable: el Dios de nuestra salvación es un Dios que ama al mundo que lo rechaza. No un dios perverso o rencoroso. Es un Dios que quiere ser aceptado, que quiere ser amado, desde el amor que Él mismo ha mostrado en su Hijo entregado hasta la muerte en la cruz. Esa es su gloria esa es nuestra garantía.

Comentarios: Fray Miguel de Burgos Núñez. Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

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