miércoles, 10 de marzo de 2010

En la plaza de San Miguel


En la plaza de San Miguel

corre una brisa con aromas

de azahar,

el gentío entre murmullos

impaciente esperando están,

esas dos campana que anuncia

que son las dos de la madruga.

La plaza se hace silencio,

para que las puertas del templo

se abran de par en par

y salga la cruz de guía,

que por las puerta asoma ya.

Pero al fondo y entre tiniebla

de incienso

el Hijo de Dios en una cruz

muerto esta.

Y en el silensio de la madruga

suenan tres golpes seco,

para que el Santo Crucifijo de la Salud

salga a hombros de sus

costaleros, con promesas

y plegarias por las calles de la

ciudad.


de un costalero

J. L.I.



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