miércoles, 12 de noviembre de 2008

LA LOTERÍA DE LA “VIRGEN”



Ocurrió hace casi setenta años. Rosarito, trabajadora del taller de bordados de D. Guillermo Carrasquilla, se afanaba en completar el pegado de una de las piezas de aquel precioso manto que cubriría los hombros y espaldas de la Madre de Dios.

Estaba preocupada: la guerra acababa de terminar, el hambre azotaba España y a aquella Sevilla en la que ella vivía. Eran tiempos de nostalgias por los que se fueron, murieron o desaparecieron. La tristeza invadía muchas miles de casas, y cualquier futuro feliz se antojaba muy difícil, cuando no imposible.

Pero ella tenía suerte. La Virgen había escuchado la petición que todas sus compañeras le habían hecho para que encargaran algún trabajo al taller. ¿Y quién iba a pensar en aquel encargo, de una Hermandad muy importante de Jerez le habían dicho, que hacía posible mantener un trabajo digno para ella y para otras muchas familias que les permitiría vivir varios meses sin sobresaltos?

Sí, la Virgen las había escuchado. De la Encarnación le habían dicho que se llamaba. Debía de ser muy milagrosa para haberles concedido algo tan importante.

¿Y si ella se atreviera a pedirle algo? Tenía tantas ganas de casarse y fundar una familia. Si pudiera conseguir aquel piso de la calle San Marcos que tanto le gustaba, pero era muy difícil que se lo alquilaran a una simple bordadora.

Pero esta Virgen es muy milagrosa y yo estoy bordando el manto con tanto cariño que a lo mejor… “Madre mía de la Encarnación, concédeme la casa de San Marco, que sea feliz en ella. Tu hija que tanta fe tiene en ti. Rosarito”.

Ya lo tengo escrito. Es un papel pobre, apenas media participación de lotería, pero estoy segura que a la Virgen la da igual.

Ahora no mira nadie. Ya está debajo de la pieza.

Ahora coso, y Ella llevará mi petición siempre y se acordará de mí cada vez que le coloquen el manto sobre sus hombros. ¡Gracias Madre mía!


No sabemos si esta historia fue así, aunque intuimos que algo parecido tuvo que ser.

Sí sabemos que Rosarito escribió aquella petición, aquella plegaria nacida del corazón, y la escondió bajo una de las piezas del manto de Nuestra Madre de la Encarnación.

Si sabemos que consiguió vivir en aquella casa de la calle San Marcos de Sevilla que tanto ansiaba (nos lo ha dicho un hijo suyo al que hemos localizado).

Si sabemos que esa petición fue encontrada hace unos meses por una bordadora del taller de Ildefonso Jiménez en el que se está restaurando el manto.

Si sabemos que está escrita con tinta roja sobre el reverso de la mitad de una participación de lotería de marzo de 1941 en el que solo se pueden leer los últimos cuatro dígitos del número que se jugaba.

Si sabemos que las mismas bordadoras del taller de Ildefonso decidieron que una de ellas, embarazada y que dará a luz en las fechas del sorteo, eligiera el número para las decenas de millar que precedería a los cuatro conocidos por la participación encontrada.

Todo eso sabemos, y por ello decidimos localizar los muchos o pocos décimos que pudiéramos del número final y ponerlos a disposición de nuestros hermanos y devotos para que tuvieran la oportunidad, como Rosarito, de compartir una ilusión con la Virgen.


Nota.- Los décimos adquiridos en Valencia se acabaron a las pocas horas de comentar esta historia en el Cabildo General de la Hermandad. Hemos conseguido algunos más que se encuentran en la Hermandad para todo aquel que quiera adquirirlo. Solo tiene que pasarse por allí o llamarnos por teléfono (956.34.22.08) en las horas normales de apertura de vuestra casa de Hermandad. Tened en cuenta que el número de décimos es muy limitado. Os esperamos.
santocrucifijo@jerez.es

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